
¿El fin del trabajo infantil? La ONU dice que aún faltan siglos
A pesar de que hace una década los países se comprometieron a erradicar el trabajo infantil para 2025, los números actuales nos muestran una realidad alarmante: casi 138 millones de niños y adolescentes trabajaron en 2024. Y lo más preocupante, según el más reciente informe conjunto de la UNICEF y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es que cuatro de cada diez lo hicieron en trabajos peligrosos que ponen en riesgo su salud, desarrollo o seguridad.
Sí, se ha avanzado desde el año 2000, cuando 246 millones de niños trabajaban en todo el mundo, pero al ritmo actual, erradicar por completo el trabajo infantil tomará siglos. Incluso si los países cuadruplicaran el ritmo de reducción registrado en los últimos 24 años, la meta se alcanzaría hasta el año 2060.
¿Dónde trabajan los niños?
El sector agrícola continúa siendo el principal responsable del trabajo infantil, con un 61% de los casos, seguido por el trabajo doméstico y servicios (27%) y la industria, como la minería y la manufactura (13%).
Aunque los datos muestran que el número de menores en situación de trabajo ha disminuido en dos décadas, 80 millones de niños de entre 5 y 11 años aún trabajan, lo que representa el 8.2% de todos los menores de esa edad en el planeta.
¿Qué regiones están más afectadas?
- África Subsahariana encabeza la lista como la región más afectada, con 87 millones de niños trabajadores.
- Asia-Pacífico ha logrado avances importantes: pasó de 49 millones de menores trabajadores en 2000 a 28 millones en 2024.
- En América Latina y el Caribe, el porcentaje de niños trabajadores bajó de 6% en 2020 a 5.5% en 2024.
¿Por qué sigue existiendo el trabajo infantil?
La principal razón es la pobreza. Muchas familias dependen de los ingresos que generan sus hijos para poder subsistir. Además, la falta de acceso a educación gratuita y de calidad, sumada a sistemas de protección social débiles, obliga a millones de niños a dejar las aulas para integrarse a actividades laborales muchas veces peligrosas.
Claudia Cappa, experta de UNICEF, explicó que “los niños deben estar en la escuela, no trabajando”, y subrayó que la educación obligatoria y la protección social universal son claves para romper este ciclo.
¿Qué se necesita para cambiar esta realidad?
El informe destaca que ya se conocen las medidas que funcionan:
- Invertir en educación gratuita y obligatoria.
- Fortalecer la protección social para apoyar a las familias más vulnerables.
- Garantizar condiciones laborales dignas para los adultos, de modo que no tengan que recurrir al trabajo de sus hijos para sobrevivir.
Pero el panorama es complicado: los recortes globales de financiamiento amenazan con revertir los avances logrados. “No podemos bajar la guardia”, advierte Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.
La lucha contra el trabajo infantil necesita compromisos reales, más inversión en políticas sociales y una vigilancia constante. Mientras tanto, millones de niños siguen atrapados en la pobreza, cargando responsabilidades que no les corresponden y viendo cómo su infancia se les escapa entre turnos de trabajo.
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